4 de febrero de 1902 - Nace el fotógrafo mexicano Manuel Álvarez Bravo.

P

ara entender a Manuel Álvarez Bravo, uno debe situarse después de la revolución mexicana, cuando las fotografías – un pasatiempo de ricos- requerían un proceso artesanal para su revelado e impresión. Cuando la vanguardia plástica mexicana estaba formada por Diego Rivera, Frida Kahlo, Tina Modotti y Edward Weston; cuando se estaban gestando los partidos políticos que regirían al país los siguientes 100 años. Para ubicar al personaje, debe uno pensar en todo esto; para entender a Manuel Álvarez Bravo, el artista, sólo es necesario abrir los ojos y la mente frente a su obra; eso será suficiente.

Manuel Álvarez Bravo, nacido en el centro de la Ciudad de México en 1902, vivió cien años siete meses, de los cuales setenta estuvieron dedicados a la fotografía. Muchas biografías citan a su padre y abuelo como “aficionados a la fotografía”, que apoyaron su talento. Dados los avances de la fotografía en 1914, fecha en la que murió el padre de Álvarez Bravo, esta declaración parece parte de una idea romántica. Lo que sus ancestros sí parecen haber instigado en él fue la pasión por la pintura, ya que se inscribió en la Academia de San Carlos, en cuanto se lo pudo permitir. Pero aún antes de esta educación formal –indispensable para el entrenamiento del ojo en el encuadre y la perspectiva- empezó a tomar fotografías con una pequeña cámara Kodak, prestada por un amigo. Completó su formación con la amistad del fotógrafo alemán Hugo Brehme, al que frecuentó en su estudio y laboratorio.

En este periodo, acompañado de su esposa la también fotógrafa Lola Álvarez Bravo, frecuentó y empezó a trabajar con los muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. En 1930, la italiana Tina Modotti le ofrece el trabajo que ella debía dejar por ser deportada en la revista Mexican Folkways. Así se inició en la fotografía documental, un complemento a su mirada lírica que ya comenzaba a ganar fama.